Luci...Fer...Nal

Un día llegó la muerte, buscando a quien llevarse, de juegos y sorteos y al entrar se tropezó con Treviño y sorprendida quedó, de haberlo dejado pasar un siglo más, decidió dar la vuelta a meditar, y acercándose la muerte con Susy exclamó así:
Señorita Susy…”ya le llegó su hora”, he venido a llevármela, ya que por caer tan cerquita de usted, aquí se acabó su suerte.
Susy se defendió, diciendo que culpa tengo, no me lleves aún flaquita de mi alma aún falta entregar un oficio más, no quiero que me quieras fregar, no quiero estar en el panteón, sin haber cumplido bien mis labores, si yo falto quien estará ahí para hacer mis funciones.
Dime flaquita…¡qué hago si yo no me quiero ir! Y contestó la flaca órale te doy un día más, la flaca ya enojada por no llevarse a Susy decidió agarrar parejo. Alfredo fue el primero en pasar cerca de ella.
Alfredo, Alfredo he venido por ti ya que eres un roquero bien metalero, tú vistes como yo necesito y necesito que me acompañes, ya que te he elegido hoy. Perdóname flaquita pero hoy no puedo, tengo que ayudar a Susana y ella sola no podrá con el trabajo hoy.
Se queda pensando la flaca buen ¿ Por qué será tan importante este trabajo? Le preguntó a Alfredo. Sólo por eso te daré unos días más.
Sigue caminado la flaca, muy decepcionada y a su paso se encuentra a Karla.
Karla no se escapa de los deseos de la muerte. ¡cierto había olvidado que tenía una cuenta pendiente!, ya que le había perdonado porque había ido de compras por ropa súper fashion ¡que señorita tan fina!
La convirtió en calavera el día de su cumpleaños y ahora está en el panteón. Nos quedó como recuerdo su sonrisa en el corazón.